domingo, 25 de septiembre de 2016

PRIMEVIL - Smokin' Bats at Campton's (USA, 1974)


Smokin' Bats at Campton's pertenece un amplio grupo de discos que no saboreé debidamente en su momento, pues en aquel entonces la música se me acumulaba a mi alrededor como otro vicio más sin, a veces, prestar atención a discos tan buenos como el que hoy nos ocupa.

El disco en cuestión creo que sorprende por tener más argumentos de los que pudiera parecer así de primeras. Y digo esto porque quizá por su portada o un poco por todo, pudiera parecer algo muy underground, con mala producción y tal, pero cuando lo escuchas compruebas que está sorprendentemente bien hecho, para lo desconocido que es.

Dentro de su indudable militancia en el hard 70's el álbum de Primevil es bastante variado pues, aún practicando un hard rock en cierta manera clásico en su forma, picotea de aquí y de allá añadiendo, a esa base típicamente hard rockera de primera mitad de los 70, destellos progresivos y psicodélicos sin olvidar el blues rock, latente en todo el trabajo pero presente en cuerpo y alma en temas como el último del disco, "Your Blues".

Es muy estimable que ningún corte desentone en este único disco de la banda de Indianápolis, aunque puede que tampoco destaque ninguno. La cuestión es que, como decía, la selección es variada y nos hace disfrutar esos 35 minutos que dura el disco de un hard rock de calidad. La inicial "Leavin'", la adictiva "High Steppin' Stomper" y hasta la notable pieza instrumental "Fantasies", una de las mejores del álbum, hacen que aprueben con nota este cuarteto. Un formato por cierto que en este momento ya empezaba a darse con más asiduidad en el hard rock y que a mí me gusta mucho ya que esa segunda guitarra aporta mucho.

Un disco que lejos de espectacularidad juega sus bazas en el buen hacer del grupo facturando temas del mejor hard rock con gran solvencia aunque sin llegar a la grandiosidad.


VALORACIÓN:  8

TEMA CLAVE: "Fantasies"

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martes, 20 de septiembre de 2016

T2 - It'll All Work in Boomland (UK, 1970)


A parte de discusiones sobre si el disco es mejor o peor, sobre si esta infravalorado o sobrevalorado, o cualquier otro aspecto más o menos subjetivo en torno al debut del trío londinense T2, lo cierto es que estamos ante una obra quintaesencial del hard rock progresivo, heavy prog o como queramos llamarlo.

Aunque quizá más cercano al progresivo que al hard rock, It'll All Work in Boomland fusiona la vertiente más controlada del prog con la fiereza heavy psych de una forma pocas veces vista y de forma muy exitosa. A pesar de su indudable calidad, el disco no tuvo repercusión alguna y la banda se separó poco después mientras preparaba material para un segundo albúm que no apareció hasta los 90, cuando la banda se reunió y parece ser que acabó de completar esos temas de 1972 con otros nuevos. Y digo parece ser, porque no he escuchado esos discos de los 90, ya que no tengo demasiadas buenas referencias, a excepción de un álbum de archivo titulado T.2., que sí que parece contener muestras similares a la del disco que hoy nos ocupa y que es lo último editado del grupo, que yo sepa.

Abriendo con "In Circles" el disco empieza a lo grande y nos deja una aproximación memorable al mejor hard progresivo, para pasar al tema más calmado, "J.L.T.", un corte pinkfloydesco con inclusión de vientos. "No More White Horse" vuelve a poner todas las cartas sobre la mesa. Aquí T2 combinan suavidad y pegada, siendo de nuevo remarcable el trabajo de Keith Cross a la guitarra con ese final de riffs cortantes y solos afilados. Por último, "Morning", tema de 21 minutos que condensa en sus diferentes partes esa dualidad prog/heavy antes comentada y que muestra a los tres integrantes en perfecta conjunción, como en todo el disco, pero aquí de forma más evidente, si cabe.

Un disco imprescindible para todo fan del hard 70's.

VALORACIÓN:  9

TEMA CLAVE: "Morning"

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martes, 13 de septiembre de 2016

DEAD MEADOW - ST (USA, 2000)


Estamos hoy ante uno de los discos menos accesibles de los que han pasado por Stoned Guitar. Un disco que, no obstante, conecta perfectamente con la carta de estilo de este blog, dedicado a los sonidos psicodélicos, pesados y guitarreros en toda su amplitud. Un disco que me horrorizó a la primera escucha pero por el que ahora siento fascinación.

Provenientes de Washington, Dead Meadow crecieron al amparo de la pequeña escena punk del DC, con bandas como Fugazi, aunque ellos bebían más de otros como Led Zeppelin, Black Sabbath o 13th Floor Elevators. Según su guitarrista y cantante Jason Simon, la forma de llamar la atención en una escena rodeados de punks fue sumergirse en los sonidos de estas bandas y empezar a tocar canciones de diez minutos con solos largos y riffs pesados, aunque hubo que moverse a California, con una escena psicodélica más establecida. Y ahí empieza la historia de Dead Meadow con, hasta el momento, ocho  discos a sus espaldas.

El que hoy nos ocupa, el de su debut, es mi preferido por el momento y yo creo que difícilmente otro disco del grupo le va a quitar el puesto a este gran trabajo. Y eso que, como decía antes, en mi primer contacto con el disco no hubo mucho feeling. Se juntaron dos cosas: una, que esperaba algo más clásico tirando a rock/psicodelia 70's; y dos, la voz de mierda del cantante me molestaba sobremanera.Y es curioso porque, aunque me he acostumbrado, me sigue irritando la voz de Jason Simon, que sigue siendo el motivo por el que mucha gente reniega un poco de escuchar a Dead Meadow.

Y si la voz es el punto flojo, lo fuerte viene en la instrumentación, que acapara todo el protagonismo y minimiza lo anterior. Porque Dead Meadow es una avalancha de distorsión, riffs y atmósferas alucinadas, que toma su referencia en la psicodelia de finales de los 60 pero que la filtra bajo los estándares del lo-fi y el stoner más o menos alternativo, creando un vínculo entre lo viejo y lo nuevo realmente genuino y que parece fluir, de la mano de este power-trío, de manera natural y sin forzar de ninguna manera.

En el disco predomina el desenfreno fuzz y los riffs distorsionados como en "Indian Bones", "Lady" o la impresionante "Beyond The Fields We Know" y oxigena un poco el ambiente con los cortes "Dragonfly" y "At The End Of The World" quedando un álbum igualmente denso, espeso y perturbador.

Un viaje que renueva los códigos del rock ácido tomados de Blue Cheer y 13th Floor Elevators y los presenta a un nuevo siglo de forma novedosa y sin impostar. Lastimosamente, nuncá sera reivindicada y reconocida como se merece la propuesta de Dead Meadow, pues no es suficiente cool para modernos ni suficientemente clásica para clásicos. Aunque no sé, quizá me equivoque.

Por último comentar que, después de este disco ya no me sorprendieron tanto Dead Meadow (de lo que llevo escuchado), aún así, siguen teniendo álbumes más que interesantes que vale la pena escuchar.


VALORACIÓN:  8'5/9

TEMA CLAVE: "Beyond The Fiels We Know"

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jueves, 8 de septiembre de 2016

STONEY & THE JAGGED EDGE - Chasing Rainbows (USA, 2014)

Cuenta la leyenda (vamos a decirlo así) que la banda de Dave "Stoney" Mazu, The Jagged Edge, se comieron a los Doors en su actuación en el Cobo Hall de Detroit en 1969 en un show que como solía ser habitual, plasmaba la fiereza y energía que les caracterizaba sobre el escenario. Escenario que, por cierto, también habían compartido abriendo para otros ilustres como Pink Floyd, Blue Cheer, Traffic, entre otros.

Como tantas otras bandas, este combo tenía categoría de sobra para triunfar pero parece ser que no tuvieron suerte con el manager, el sello discográfico y demás y el disco nunca salió a luz, con la posterior, y lógica, desintegración de la banda.

A pesar de los comentarios que circulaban de que las cintas habían sido destruidas, perdidas o incluso pasto de las llamas en los estudios de grabación (no tengo claro cual es la versión real) la cuestión es que aparecieron 45 años después gracias, o a pesar de, el manager del grupo en su momento, Jeep Holland. Las grabaciones originales de 1968 fueron rescatadas y viajaron hasta Londres donde fueron editadas el 2014 para suerte de melómanos en general.

Aunque no soy muy dado a explayarme en biografías en las estradas a los discos encontraba conveniente contar un poco la historia de Stoney & the Jagged Edge pues las grabaciones aparecientes en este Chasing Rainbows me parecen apasionantes teniendo sobretodo en cuenta lo reciente de su edición y que hasta la fecha hayan sido prácticamente desconocidas.

The Jagged Edge mostraban la salvaje puesta en escena y actitud de las bandas de Detroit como Stooges o MC5 pero su sonido bebía más de Cream y Jimi Hendrix en una psicodelia dura y visceral, como se puede apreciar en los seis temas que conforman un disco, que destaca por un impresionante frontman arropado de guitarras distorsionadas y punzantes.

Un gran disco que vale pena no solo escuchar sino también dar a conocer pues hará las delicias de los ávidos del heavy psych auténtico y primigeneo.

VALORACIÓN:  8'5

TEMA CLAVE: "Delilah"

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jueves, 1 de septiembre de 2016

STARK NAKED - ST (USA, 1971)


A menudo hablamos de discos olvidados, de joyas perdidas e infravaloradas que son injustamente  relegadas al underground más absoluto, y lo hacemos con tanta frecuencia que parece que la expresión pierda un poco el sentido de tanto usarla.

Quiero decir, que no siempre un disco desconocido es sinónimo de calidad por el mero hecho de no haber sido reconocido en su momento. En el caso de Stark Naked y su homónimo trabajo, la etiqueta de gema oculta, de disco maldito condenado a un injusto ostracismo, sí que adquiere en este caso todo su sentido, pues la banda neoyorquina, aunque tuvo mala suerte como pudieron tenerla muchísimas otras del momento, sí dejo para los arqueólogos del rock una obra que rezuma calidad sin discusión alguna, y que no necesita de la ayuda de esa condición de maldita para ser reivindicada a día de hoy, pues sus cualidades musicales son suficientes para hablar por sí misma.

A través de los seis cortes que conforman el disco, Stark Naked van cosiendo texturas prog rock imbuidas en aires psicodélicos y toques jazz rock, además de estar acompañados de impresionantes pasajes guitarrísticos a cargo del solista Richard Belsky. La combinación en las voces masculina y femenina le da un plus al sonido del grupo que, unido a una gran instrumentación con muchos cambios de ritmo y momentos muy logrados, forman un álbum que no solo no pierde vigencia con el paso tiempo sino que retiene esa esencia que algunos grupos consiguieron en ese periodo dorado del rock, aunando los estilos de moda en el momento y ejecutándolos de manera brillante.

Destacan principalmente los dos temas más extensos, la inicial "All of Them Witches" y "Look Again", donde dan rienda suelta a todo su potencial como grupo, en jams de mucho calado, aunque para mí no desmerecen cortes menores como "Sins" o la que cierra el disco, "Iceberg", y es que en todas ellas los solos de guitarra de Belsky se hacen notar y de que manera. Completan el tracklist las baladas "Wasted Time" y "Done" para completar cuarenta minutos que capturan lo mejor de esos primeros 70, puede que sin alardes pero con indudable gusto y calidad de principio a fin.


VALORACIÓN:  8'5/9

TEMA CLAVE: "All of Them Witches"

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