Tengo que reconocer que los discos de Deep Purple de la primera formación fueron unos desconocidos para mí hasta hace relativamente poco tiempo. Aunque, como la mayoría, Deep Purple fueron de esos grupos con los que me inicié en esto del rock, fue esa exitosa segunda etapa con discos como In Rock, Machine Head o Made in Japan la que acaparó mi atención durante mucho tiempo. Incluso los discos con Coverdale o alguno de los 80 los tengo más machacados que estos de la primera época.
Y si bien es cierto que no podemos decir que esos tres primeros discos de Deep Purple son desconocidos, porque no lo son, porque el grupo es enorme, sí que es cierto que un disco como este homónimo no es demasiado valorado ni comentado cuando se habla de las grandezas de la banda.
Es verdad que el paso de este disco al siguiente con el magistral In Rock es una de las transformaciones más increibles vistas en rock, una evolución que cambió la historia del rock más duro ya para siempre y a cargo de una formación realmente emblématica, pero también es cierto que este disco homónimo recoge los mejores momentos de Deep Purple en esos primeros años y es un disco increiblemente bueno en su estilo.
Es curioso porque cuando lo escuché por primera vez, ya llevaba tiempo peinando y machacando el underground setentero, por lo que el disco me sorprendió mucho pues descubrí que una de las bandas más míticas tenían un disco que reproducía los sonidos de las bandas que andaba buscando y escuchando todo ese tiempo, esto es, el disco donde Deep Purple abrazan la psicodelia, el rock progresivo o el blues, y en mi opinión mejorando respecto a sus anteriores álbumes.
Así pues, encontramos a un grupo más hecho que en el Shades o el Book of Taliesyn, de hecho se dice que titularon este disco como Deep Purple porque creían haber facturado ya el disco que les iba a lanzar al estrellato, aunque lo cierto es que por una cosas u otras su repercusión fue poca. Y fue una pena porque es un gran disco. Un disco donde por una parte ya vemos la maestría de Blackmore, Paice y Lord en los instrumentos, y por otra nos ofrece una suceción de grandes temas de hard rock y prog rock con una marcada ascendencia psicodélica bajo el matiz de la voz de Rod Evans. Temas como "Chasing Shadows", "Blind", "The Painter" que marcan el paso previo al proto-metal que desarrollaran más tarde y que son ya cortes de una gran factura, o por supuesto "April", la canción de 12 minutos que cierra el disco y donde Deep Purple muestran su vertiente más progresiva.
VALORACIÓN: 8'5-9
TEMA CLAVE: "The Painter"
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De su trilogia inicial, este es su gran álbum, aunque aún se mueven por terrenos psyco-prog que nos pueden llevar a sus dos primeros trabajos, por lo menos en su parte inicial con la utilización del harpsichord que le da ese aire tan medieval a los temas, en la segunda parte ya nos van dejando pinceladas de lo que vendría posteriormente en lo que a instrumentación se refiere, con la utilización del órgano y la guitarra en plan estelar, que sería su máxima seña de identidad, y ya la entrada de Ian Gillan y Roger Glover les daría el empujón necesario para moverse por los terrenos del hard-rock que les pondrían en la cima.
ResponderEliminarSaludos.
Buen resumen! Es un disco que sin llegar a los niveles de los álbumes posteriores suena muy bien y de vez en cuando vale la pena repasar.
ResponderEliminarSaludos